La Asociación Española de Pediatría nos recuerda que solo 2 centímetros de agua son suficientes para que un bebé pueda ahogarse. Alertan, además, de la necesidad de vigilar a los menores en todo momento mientras estén en el agua o jugando cerca de ella.

Los ahogamientos en menores de 5 años se producen sobre todo en las piscinas particulares o de comunidades privadas.

Los elementos hinchables ya sean flotadores o manguitos generan una sensación de falsa seguridad y no se consideran dispositivos seguros ya que podrían perder aire y deshincharse por el material del que está compuesto, no solamente porque pierde propiedades al estar en el sol sino que tampoco  nos garantizan que los chiquitines mantengan la cabeza fuera del agua en todo momento. Por lo que podríamos decir que son más un elemento de entretenimiento que de seguridad.

Nunca debemos dejarlos solos e intentar evitar distracciones aunque haya un socorrista. La norma que debemos emplear es la 10/20: mirar al niño cada 10 segundos y estar lo suficientemente cerca de él para poder llegar en 20 segundos.

Uno de los elementos que podemos utilizar para ayudarnos en el proceso de aprendizaje con la natación son los chalecos, ayudan al niño a ganar autonomía cuando está aprendiendo a nadar. Proporciona un mayor ajuste al cuerpo del niño y además deja los brazos libres con lo que ellos se sentirán más cómodos para empezar a realizar los movimientos. Se pueden usar en aguas profundas y proporcionan al niño la estabilidad suficiente para que no aparezca el cansancio. 


Es importante que cuente con la certificación que acredite que el artículo es seguro, el material de fabricación del chaleco debe garantizar que el uso de los textiles es adecuado para asegurar la flotación con materiales que no absorban el agua como puede ser el neopreno, que además no produce daños en la piel de los pequeños.

Es importante que lleve una cuerda de seguridad en la parte inferior que pasaremos entre las piernas de nuestros chiquitines para evitar que el chaleco se deslice hacia arriba y se mantenga en el lugar adecuado para que sea seguro.El relleno interior del chaleco es la clave de la flotación por lo que debe de ser de una espumación que resista bien en el agua, la temperatura y la humedad. Los cierres de seguridad del chaleco deben ser fuertes y seguros que no permitan que el niño se los pueda quitar en un descuido él solo.

Para que el chaleco cumpla su función, los chiquitines siempre deben estar acompañados por un adulto, ya que no son un elemento salvavidas sino que son un elemento de ayuda a la flotación, de hecho las primeras veces necesitan todavía más atención ya que ellos tienen que aprender a controlar el equilibrio de flotación dentro del agua y debemos ajustar los flotadores interiores según el grado de flotabilidad o desarrollo de la natación en cada momento.

Es decir necesitaremos ir quitando elementos de flotabilidad a medida que nuestros pequeños vayan aprendiendo a nadar, acompañándolos así en su inicio en la natación.

Nuestros chalecos disponen de una cinta con cierre de seguridad para colocar entre las piernas con el fin de que el chaleco no se salga por la cabeza en caso de tirarse al agua de manera vertical o cuando simplemente esté flotando en el agua. Esa cinta está protegida con neopreno para evitar rozaduras entre las piernas.





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